viernes, 22 de junio de 2012

Casos de discriminación y no admisión en colegios privados siguen en alza



Las denuncias de arbitrariedades en el ejercicio del derecho de admisión y discriminación en las escuelas privadas se incrementaron este año respecto al 2006, revelaron fuentes de la Defensoría del Pueblo porteña y del INADI.

El derecho de admisión en las escuelas privadas que rige en la Argentina a través de un decreto promulgado en 1981, durante la dictadura militar, ocasiona trastornos no sólo para los padres, que se ven obligados a buscar otro establecimiento de la misma condición, sino también para los hijos, que se sienten discriminados y pierden a sus compañeros de colegio.

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires recibió cerca de 60 denuncias en los últimos meses de padres cuyos hijos no fueron admitidos para el próximo ciclo lectivo, mientras que el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) acumula 34 casos en su base de datos de escuelas privadas y también públicas.

"Esta es la época en que recibimos más denuncias porque los colegios privados no renuevan los contratos haciendo uso del derecho de admisión y creemos que hubo aumento respecto al año pasado porque la gente se anima más a denunciar", dijo a Télam Gustavo Lesbegueris, defensor del pueblo adjunto porteño.

El dirigente, que impulsa un proyecto de ley para obligar a los colegios a que expresen por escrito los motivos por los cuales no inscriben a determinados postulantes, reveló que "sólo un pequeño grupo de padres presenta recursos de amparo -que casi siempre salen favorable a los padres- para obligar a las instituciones privadas a admitir a sus hijos".

En el último de los recursos que tramitó la Defensoría, un juzgado de instrucción obligó a una institución privada del barrio de Chacarita a admitir a dos niños que cursaban segundo y tercer grado a quienes se les había negado la posibilidad de matricularse para el año próximo porque sus padres habían hecho una denuncia a la Dirección de Gestión Privada del gobierno porteño sobre la limpieza del establecimiento.

En el INADI acumulan 34 denuncias de discriminación para el ingreso, 25 de escuelas privadas y nueve de colegios públicos, por motivos políticos, económicos, de enfermedad o discapacidad, en su mayoría, y la provincia de Buenos Aires es la que acumula el mayor número de denuncias.

Fuentes del INADI precisaron que "hubo un aumento en la cantidad de casos denunciados este año, principalmente por motivos de discapacidad, enfermedad o políticos".

El último caso recibido por el INADI, se trató del rechazo a la inscripción de una niña de cinco años para cursar el primer grado el año próximo en una escuela católica privada de la provincia de Buenos Aires porque la niña está afectada de mielomeningocele, una enfermedad que limita sus desplazamientos.

Según la denuncia, cuando los padres de la niña solicitaron el uso del ascensor del colegio, la respuesta fue que sólo era para los curas de la escuela, y que si la niña debía subir por las escaleras se retrasaría el ingreso al salón de clase.

"Está claro además que las arbitrariedades y el ejercicio abusivo del 'derecho de admisión' en los colegios privados no desaparecerán de la noche a la mañana, ya que se tratar de prácticas arraigadas e incluso naturalizadas desde hace décadas en algunos establecimientos", explicó Lesbegueris.

El funcionario, sin embargo, confía en que de sancionarse el proyecto de ley que propone para el jueves próximo "los alumnos y sus padres al menos podrán conocer cuáles fueron las causas de la negativa a rematricularlos, y quedarán al descubierto aquellos colegios que no quieran o no puedan fundarlas debidamente y conforme a derecho".

El derecho de admisión en lo colegios privados está basado en la resolución 641 de 1981 dictada por el Ministerio de Educación de la Nación que en su artículo 137 dice que los institutos se reservan el derecho de admisión que sólo podrá ejercerse al comienzo del período lectivo y en referencia con la posible matriculación de los alumnos".

Los jóvenes a los que se les niega la posibilidad de ser matriculados en una escuela privada, luego deben recorrer muchos colegios privados para no perder el año escolar, por lo que las autoridades de un establecimiento muchas veces utilizan este
factor para presionar a los padres a que acepten las nuevas condiciones.

Rita Alvarez, madre de dos niños que concurrían el año pasado a un instituto privado de Caballito, reveló a Télam que decidió sacar a su hija del segundo año del secundario y las autoridades, como represalia, no le renovaron la matrícula a su otro hijo que cursaba quinto año.

"Me comunicaron verbalmente que si sacaba a mi hija no le sería renovada la matrícula a mi otro hijo que estaba en el último año, por lo que me vi obligada a afectarlo a él también con todas las consecuencias psicológicas que esto trajo ya que perdió a todos sus compañeros del secundario", dijo la madre.

La mujer indicó además que "ningún colegio privado los aceptaba porque sospechaban de problemas de conducta y el gobierno porteño tomó mi reclamo pero se perdió en una maraña burocrática. Luego de recorrer no menos de 15 colegios, lo pude ubicar en un establecimiento privado de Flores".

"Fue algo terrible tanto para mí como para él, que no entendía cómo por culpa de la hermana debía abandonar a todos sus compañeros, y recién se pudo adaptar luego de varios meses", narró la madre. (Télam)

1 comentario:

  1. Denuncian a un colegio privado












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    Neuquén > Una madre denunció ayer que los directivos de la escuela Santa Teresa de Jesús de esta capital le negaron la renovación de la matrícula a su hijo porque tanto ella como su marido denunciaron un supuesto problema edilicio en el colegio a principios de este año.
    En el Consejo Provincial de Educación (CPE) le habrían señalado a la denunciante que la institución tiene derecho de admisión.
    Angélica Coñuecar, mamá de un niño que actualmente cursa primer grado, explicó que su marido, que es arquitecto, notó a principios del ciclo lectivo que una viga del techo del aula donde cursaba su hijo estaba deformada y que las paredes tenían roturas. En esa ocasión, presentaron un pedido formal que fue elaborado por varios padres, pero firmado por los progenitores del niño, para que la institución repare el inconveniente, algo que finalmente ocurrió a finales del presente ciclo lectivo.
    Coñuecar explicó que el mes pasado todos los niños recibieron la ficha de reinscripción, excepto su hijo. Tras solicitar una reunión con las autoridades de la institución, se les informó que no se le permitiría la reinscripción de su hijo por haber “desconfiado de la escuela” e informado del estado del aula.
    “Es un acto de discriminación, arbitrario e injusto. La conducta de mi hijo es impecable y nunca se quejaron de eso”, sostuvo la madre, quien decidió hacer pública la situación tras la negativa de las autoridades del colegio Santa Teresa.
    Por otro lado, la mujer contó que la directora de supervisión de escuelas privadas, Mirta Uribe, le argumentó que estas instituciones tienen derecho de admisión. “Esta escuela es subvencionada por el Estado, pero pertenece al Obispado de Neuquén, no pueden negar el ingreso de mi hijo”, expresó.

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